Una vez más, las infraestructuras han mostrado su poder de transformación de la geografía. La construcción del puente más largo de Europa ha convertido Mälmo, la tercera ciudad de Suecia, en parte de la conurbación de Copenhague, con la previsible demanda de alojamiento. Promovidas por su Ayuntamiento y la inmobiliaria MKB para la Exposición Internacional de Vivienda Bo01 (una IBA con modelos sostenibles propuestos por arquitectos de distintas nacionalidades) en unos antiguos muelles del oeste de la ciudad, estas viviendas son fruto de demandas concretas. Uno de los objetivos era poner en evidencia la necesidad de construir buena arquitectura, connotaciones estilísticas al margen. Al trazar el nuevo barrio se tuvieron en cuenta las necesidades psicológicas de sus habitantes en cuanto a variación de tipos y espacios públicos, así como los vientos de la zona; de ahí sus numerosos ángulos y áreas protegidas.
Los bloques en primera línea frente a la bahía actúan como parapetos de las viviendas situadas detrás. El modelo urbano de ciudad casi peatonal propuesto aquí incrementa la importancia de las calles y aparcamientos subterráneos, conectados con el exterior mediante aperturas acristaladas y ajardinadas. Así, enfrentado al mar se construye un bloque de cinco alturas con dos viviendas por planta, la mayoría de ellas dúplex, que pueden identificarse en fachada por la dimensión de los huecos. En uno de sus extremos y formando con él un ángulo hay otra pieza de tres alturas con áticos; y en el otro lado del jardín trasero se construye un tercer volumen alargado con dos viviendas dotadas de invernaderos, cajas de vidrio entre cuya doble hoja crecen distintas variedades de musgo.
Las profundas sombras de los huecos retranqueados en las viviendas más bajas son un contrapunto de las fachadas tersas del bloque alargado, lo mismo que la geometría ortogonal del conjunto contrasta con la rotonda vegetal que se crea entre ellos...[+]