Clos Pegase, Napa Valley
La cava fabulosa

Clos Pegase, Napa Valley

La cava fabulosa


El género del folletín televisivo americano nos ha ido acostumbrando a imaginar una clase alta de la sociedad americana que saquea cada vez con más convicción el archivo europeo, hasta invertir la imagen inicial del rancho tejano y del millonario con blue jeans y limousine Ford. Ahora son millonarios con chaque y corbata de plastrón, Rolls Royce y mansión entre Beaux-Arts y Shingle, que se ocupan en la más europea y civilizada tarea: criar vinos de marca en un valle de California. El proyecto de Graves también tiene algo de esta tendencia actual: una residencia y sus bodegas convertidas en un monumento, o en arqueología, con el pretexto de un valle en el que se encuentran referencias a estilos europeos y el de una colección de arte entre la que destaca un cuadro con tema mitológico: el alado Pegaso. Durante los años ochenta, Graves ha desarrollado hasta el límite la lección de Roma Interrotta: la fascinación de los grandes edificios descritos por Nolli en la planta dieciochesca de Roma y la valoración de las plantas del XIX, han hecho posible para el arquitecto moderno sonar con una arquitectura hecha con fragmentos del pasado, con recuerdos palladianos, iluministas y helénicos.

La endiablada habilidad plástica de Michael Graves, pintor como el Corbu y, como este, dotado de una intuición formidable que le permite inventarse en solitario casi todos los gestos de una época, resuelve tan compleja situación situando la villa, como el Olimpo, sobre la colina, y las bodegas en la llanura. La fuente de Pegaso, el monumento redondo, los acueductos y los estanques que reúnen la Villa con la fábrica se proyectan como jardín-museo público. A la inversa de la película de Greenaway, parece que en el caso de Michael Graves el contrato del dibujante tiene siempre final feliz…[+]