La interveción parcial en el Centro San Francisco Javier forma parte de un plan director  más amplio, desarrollado en varias etapas con el fin de remodelar y actualizar este centro psico-geriátrico situado a las afueras de Pamplona. El conjunto, levantado a principios del siglo XX, había sido modificado de manera irregular a lo largo de los años, y se encontraba en un progresivo estado de declive. La iniciativa comprende la reestructuración del complejo para conseguir un esquema de mayor claridad compositiva —integrado con mayor naturalidad en el entorno circundante y donde se optimicen los flujos de actividades—, a partir de la rehabilitación de ciertas partes, el derribo de algunos bloques y la construcción de otros. De este modo, frente al cierre y demolición de esta institución obsoleta, se busca deliberadamente conservar la tipología original de pabellones bajos, así como potenciar una atmósfera de escala amable caracterizada por cuidadas zonas verdes.

La fase ejecutada incluye la transformación del ala sureste, donde se han añadido dos grandes volúmenes que articulan con aplomo el diálogo entre lo viejo y lo nuevo. El perfil apuntado de ambos, que se concibe como una reinterpretación abstracta del arquetipo de edificación con cubierta a dos aguas, consigue sintetizar formalmente la arquitectura existente en un gesto mínimo y lírico. El proyecto se materializa como una reflexión crí-tica sobre la memoria y el devenir del tiempo, y en este sentido, el hormigón empleado para ejecutar la envolvente se tiñe con el color de la argamasa que une el ladrillo y la piedra en los edificios históri-cos colindantes. Se espera además que las nuevas fachadas, en función de la orientación y la fuerza de los vientos dominantes, vayan ennegreciéndose poco a poco hasta mimetizarse con sus vecinas. Por otro lado, los alzados recuperan el motivo arqueado de las ventanas de los antiguos pabellones, que se graban en el material y conforman un palimpsesto rítmico y hermético. Este trazado sirve de fondo ho-mogéneo, perforado sin embargo con huecos acris-talados que alivian la monotonía y permiten intuir la distribución y usos de las estancias interiores.

Para enfatizar el carácter rotundo y esencial de las geometrías diseñadas, se estudia con detalle la solución constructiva de los canalones, que se resuelven como discretas hendiduras lineales. La planta baja —donde algunas partes absorben tramos de muro existentes— se ejecuta como una banda acristalada retranqueada, que por quedar en sombra, produce la impresión de que el edificio se levanta ingrávido sobre el jardín.