El nuevo campus de Xiangshan acoge numerosas facultades de la Academia de Bellas Artes, como la Escuela de Arquitectura o la de Diseño. En el momento de decidir su ubicación se optó por un lugar al este de las Montañas de Hangzhou, en vez del distrito señalado por el gobierno, por sus peculiares características paisajísticas y topográficas, entre las que destaca la presencia de una colina alrededor de la que se articula todo el conjunto. Esta decisión entronca con la tradición china, en la que el paisaje es incluso más importante que la arquitectura en lo que respecta a los espacios educativos.

En dos fases desarrolladas desde el año 2001 se han construido más de veinte edificios, prestando una gran atención a los espacios abiertos. Tanto los del interior de algunos edificios, como aquellos que los envuelven y que constituyen espacios de relación para los estudiantes, han tratado de respetar al máximo las condiciones ambientales existentes. Este cuidado por el detalle y por la integración del conjunto en su entorno se traslada también a la elección de los materiales, que en buena medida provienen de demoliciones. Así, se han reutilizado más de 7 millones de ladrillos y tejas antiguos, evitando su probable destino en el vertedero y aportando una mayor densidad simbólica y táctil al proyecto.