Romper la caja fue una de las aspiraciones de las vanguardias, pero el centro regional de arte contemporáneo de Nueva Aquitania no ha necesitado más que abrirla: un sencillo volumen de dos plantas se inserta en el vacío central de una desusada imprenta para ampliar la superficie de las galerías, si bien sus paredes abatibles aseguran una continuidad visual que atenúa su impacto. Ideada como un entramado de perfiles de acero galvanizado y paneles de madera —sistema que a su vez permite desarrollar unidades más pequeñas como salas de reuniones, el bar o incluso mobiliario—, la estructura entra así en resonancia con la carcasa decimonónica, devuelta a su estado primitivo con veneración de arqueólogo...[+]