Para estimular el desarrollo económico del este del país se decidió trasladar las oficinas de la Agencia Federal de Medio Ambiente a Dessau. La nueva ubicación elegida, en los terrenos que ocupaba una antigua central de gas, se presentaba como un desafío en el que no solo se debía desarrollar un edificio ejemplar en el ámbito de la arquitectura sostenible, sino que además podría servir como referente para la construcción en suelos contaminados. El nuevo volumen se inserta como una estructura de transición entre el centro de la ciudad y los edificios históricos de la estación de tren, ambas zonas unidas por un parque. La geometría curvilínea del edificio se diseñó para liberar parte del solar e integrar una zona vegetal lineal accesible para los ciudadanos. Al complejo se entra por la zona del foro, un patio cubierto en forma de media luna que sirve como vestíbulo a la biblioteca, la sala de conferencias y la zona de exposiciones. A continuación, se accede a las oficinas a través de un atrio ajardinado, que distribuye los distintos departamentos de la agencia. Todas las decisiones persiguen la máxima optimización de los recursos energéticos y materiales, con un volumen compacto, altamente aislado y con estrategias pasivas de ahorro combinadas con el uso de energías renovables, como la solar o la geotermia...[+][+]