Casas Fredensborg, Selandia
Jørn Utzon 


Construidas en 1959 y 1963, las viviendas Kingo y Fredensborg comparten un sistema de crecimiento orgánico a partir de la repetición de un mismo tipo residencial. En ambos casos, la idea principal es combinar la vida doméstica —a través de espacios privados y patios individuales— y la vida comunitaria, mediante zonas verdes, calles y plazas. De esta forma, la gente tiene la sensación de vivir en la naturaleza y al mismo tiempo formar parte de un área urbanizada. La unidad básica de vivienda adopta el esquema universal de la casa patio, con dos alas habitadas en forma de L y un jardín cuadrado. Aunque la geometría es estrictamente ortogonal, el sistema es orgánico ya que tiene capacidad de crecimiento, tanto dentro de cada célula en particular como en su conjunto.

El proyecto Fredensborg fue diseñado para acoger a una comunidad de funcionarios de Asuntos Exteriores que, al jubilarse, regresaban a su país después de haber vivido largos periodos en el extranjero; por lo que, además de las viviendas, el conjunto incluye un centro comunitario con salones, cocina y habitaciones. La parcela, situada en el límite urbano de la ciudad de Fredensborg, desciende en dirección sureste hacia un prado verde y está bordeada por un bosque en el oeste. Las casas se adaptan a la topografía de la pendiente y se distribuyen creando un patrón serpenteante formado por entrantes y salientes que difumina el límite entre el tejido urbano y el terreno agrícola. A pesar del aspecto amurallado del conjunto, la inclinación de la topografía y el perfil quebrado de los alzados permiten que las estancias se abran hacia el campo enmarcando escenas bucólicas del paisaje. La geometría exacta de las tapias se decidió cuando las casas ya se habían construido, estudiando en cada caso el equilibrio óptimo entre privacidad, vistas y exposición al sol. Una sucesión de chimeneas, que recuerdan a las torres de ventilación de la tradición árabe, destaca frente a la horizontalidad de los volúmenes principales, aportando variedad formal dentro de la uniformidad material del ladrillo. Otro de los elementos más significativos, común a ambos proyectos, es el remate de los muros formado por un tipo de teja específica que evacúa el agua y aporta una imagen unitaria al conjunto.