Con la publicación de este libro, Peter Eisenman cierra un ciclo de reflexión sobre la producción de la forma. Un ciclo iniciado hace más de treinta años con la aparición en Casabella (344, 1970) del artículo ‘Dall’ oggetto alla Relazionalita: la Casa del Fascio di Terragni’, re-elaborado en sucesivas versiones y continuado en el no menos conocido y divulgado ‘La futilidad de los objetos: La descomposición y los procesos de diferenciación’(1984), en el cual el análisis se amplía más allá de la arquitectura moderna para alcanzar el clasicismo en la composición de las fachadas en los palacios venecianos del siglo XVIII.
El texto está estructurado en tres partes. La primera es una reflexión sobre la ‘transformación’ como mecanismo formal capaz de desvelar el sistema de producción de la Casa del Fascio, y su modo de operar como objeto arquitectónico. A continuación, Eisenman establece la comparación entre el mecanismo de ‘transformación’ y el de ‘descomposición’, asignando al segundo la responsabilidad sobre la concepción y producción de los apartamentos Giuliani-Frigerio. Finalmente, se incluyen tres textos de valor esclarecedor: del propio Terragni sobre la Casa del Fascio, publicado en la revista Quadrante (35-36, 1936); un clásico de Manfredo Tafuri escrito en 1977 en respuesta a la lectura de la Casa del Fascio ofrecida por el propio Eisenman en 1971; y un texto de Eisenman que contextualiza su interés y su lectura de la obra del italiano.
Rechazada la hipótesis de que los parámetros de tipo, programa, lenguaje formal o situación se utilicen como puntos de partida, el mecanismo de la descomposición, responsable de la forma arquitectónica, introduce las variables de indeterminación e inestabilidad en el proceso de diseco. Por ello, si en la Casa del Fascio el proceso se inicia en una forma-tipo, en la Giuliani-Frigerio se fuerza una modificación de la relación entre objeto y análisis. Los fragmentos que conforman la paradójicamente compacta Giuliani- Frigerio requieren otro modo de conceptualizar el espacio que no es característico del clasicismo ni de la modernidad. En vez de partir de un tipo original, la descomposición comienza con una aproximación heurística a un objeto que carece de pasado o de futuro, que es autónomo.
Más allá del análisis de los edificios, Eisenman persigue un cambio metodológico e ideológico en el análisis crítico de la arquitectura. De hecho, su objetivo era y es superar las interpretaciones tipológicas e iconográficas. El concepto de objeto tanto clásico como moderno se sustenta sobre la idea de perfección original (arquetipo, modelo, tipo, etcétera). Su estructura es, por tanto, equiparable a la de un sistema de signos reglado y ordenado, y en el que la relación entre el objeto y su significado es estable e inherente al mismo. Eisenman nos propone sustituir dicho modelo por uno capaz de reconocer la ambigüedad y la polisemia (descomposición) y, por tanto, la inestabilidad del significado de la obra entendida como texto.
