Virilio, una taxonomía del desastre en la Fundación Cartier

El azar que se repite

Javier San Martín 
31/12/2002


3 de marzo de 1989: voladura controlada de un bloque de viviendas sociales de 18 plantas en Lille

«El progreso y la catástrofe forman el anverso y el reverso de la misma moneda», escribió Hannah Arendt. Cada uno de los nuevos artefactos del progreso material abre una nueva vía de producción de la catástrofe. En palabras de Paul Virilio, sólo el invento del ferrocarril da lugar al descarrilamiento, como el del barco había dado lugar al del naufragio: cada avance técnico lleva en sí el germen de un retroceso. Ningún reloj se paró antes del invento del reloj. Esta evidencia indica que cada mecanismo lleva encerrado en su maquinaria la disfunción, todo movimiento provoca una parada, toda velocidad, antes o después, una colisión. Antes del invento del reloj el tiempo era una dimensión fluida, pero después, cuando el mecanismo falla, no es sólo él quien lo hace, sino que provoca una fractura de la dimensión temporal. Los accidentes escapan a nuestro control en la medida en que somos incapaces que predecir su exacta naturaleza, así como el momento y el lugar preciso en el que se van a producir... [+]


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