Antología del volumen
Arquiesculturas en el Guggenheim de Bilbao
Arquiescultura reúne un buen número de piezas, esculturas y maquetas arquitectónicas, con algunos cuadros, dibujos, fotografías y vídeos, que buscan desentrañar la relación entre estas dos formas de organización del espacio. La exposición tiene un subtítulo de alcance: ‘Diálogos entre la arquitectura y la escultura desde el siglo XVIII hasta el presente’, que nos plantea una primera duda: a qué llamamos diálogo entre arquitectura y escultura ¿A cosas que se parecen, que tienen formas semejantes? ¿A piezas marcadas por motivaciones estéticas próximas o funciones paralelas? O, por el contrario, a edificios y esculturas que a pesar de surgir de planteamientos perfectamente dispares, encuentran algún punto de confluencia, una negociación de la forma.
La muestra de Bilbao sitúa varias de estas preguntas en el diálogo entre las artes y pone en cuestión, quizás sin pretenderlo, si la semejanza evidente que encontramos entre los cuadros de Mondrian o las esculturas de Vantongerloo y la arquitectura del Movimiento Moderno no es sólo epidérmica y responde a diferentes intenciones; como si la identidad formal de la palabra vino nos hiciera caer en la fa-lacia de que la tercera persona del pasado del verbo venir tiene una estrecha relación con el zumo fermentado de la uva. Falacias del lenguaje junto a identidades de la forma. En el catálogo se reproduce una ‘mesa redonda virtual’ entre especialistas de las dos disciplinas y Mario Botta pone el dedo en la llaga: ¿Semejanzas entre la escultura y la arquitectura? Por supuesto, ambas son cuerpos tridimensionales y lo extraño es que no hubiera aproximaciones formales entre ellas... [+]