Desde que sus caminos se cruzaron en sus años de estudiantes, Fernando Rodríguez (Albacete, 1977) y Pablo Oriol (Madrid, 1977) han compartido un entendimiento infraestructural del proyecto, no tanto centrado en las lógicas mecanicistas como en la capacidad organizativa con que abordar contextos y programas complejos. Y convencidos de que para problemas concretos no hay sino soluciones específicas, en cada encargo fijan reglas de juego diferentes, lo que les ha permitido amasar una obra de inusitada libertad propositiva pero cohesionada por un lenguaje pregnante propio de la gran escala: edificios de voluntad abstracta, que no abstraída, como los recogidos en las siguientes páginas.