Españoles en América
Modernidades complejas
La relación de los arquitectos españoles con Latinoamérica está mediada por otras dos relaciones de mayor alcance: una cultural en sentido amplio, que tiene que ver con la densa red de hilos de ida y vuelta que han cosido a nuestro país con América desde hace más de cinco siglos; y otra específicamente arquitectónica, que toca a los lazos, no menos densos, que han ligado las dos distintas modernidades que se han dado a uno y otro lado del Atlántico y también en cada país latinoamericano.
Se trata de una relación que, por tanto, es muy compleja y no puede ceñirse a un único relato ni tampoco abordarse desde las simplificaciones y los tópicos. Con todo, sí es posible establecer algunos hechos que han marcado la relación de los arquitectos de uno y otro lado de la orilla, y permiten entenderla mejor.
El primero es el papel desempeñado por los intelectuales emigrados a América tras el desastre de la Guerra Civil y que, recibidos generosamente en sus países de acogida, abrieron nuevas perspectivas —también en la arquitectura— y en muchos casos —Bonet Castellana, Candela, entre muchos otros— acabaron convirtiéndose en referentes para las nuevas generaciones latinoamericanas.
El segundo hecho es la propia complejidad de la arquitectura latinoamericana de este siglo, fruto del encuentro, muchas veces incómodo, entre el Movimiento Moderno y las tradiciones culturales y condiciones socioeconómicas locales. Unas tradiciones y condiciones tan diferentes en cada país que dieron pie a modos muy diversos de forjar lo ‘moderno’.
El tercer hecho es el protagonismo económico de España en Latinoamérica a lo largo de los últimos treinta años, cuyo corolario en el mundo de la construcción ha sido evidente: desde grandes obras como el canal de Panamá o los metros de tantas ciudades latinomericanas, hasta los muchos edificios representativos que han construido allí las multinacionales españolas, con frecuencia asesoradas por sus propios equipos técnicos.
El cuarto y último factor ha sido de sesgo intelectual, y ha consistido en la continuada y fructífera relación académica sostenida en el hecho de que, todavía hoy, España sigue siendo para muchos latinoamericanos la puerta de entrada a Europa.
Arquitectura Viva quiere cubrir una de las facetas de esta poliédrica relación: la de los profesionales españoles que han conseguido trabajar con éxito en dos de los países más importantes de Latinoamérica, Argentina y México. Lo hace a través de un dossier que presenta en detalle tres obras ambiciosas y representativas: el edificio Sáenz Valiente, ampliación de la Universidad Torcuato di Tella en Buenos Aires, de Josep Ferrando; el conjunto de usos múltiples Estación San José, en la mexicana Toluca, del equipo madrileño FRPO; y la Torre Hipódromo en la también mexicana Guadalajara, de OAB/Carlos Ferrater.