Ucrania conmemora el ochenta aniversario de la matanza de Babi Yar
Las tropas del Tercer Reich, en su avance hacia el corazón de la URSS en el otoño de 1941, tomaron Kiev el 19 de septiembre. Solo diez días después, los escuadrones de la muerte móviles, los Einsatzgruppen C, apoyados por las SS y colaboradores locales, asesinaron en dos jornadas (29 y 30 de septiembre) a 33.771 judíos en el barranco de Babi Yar, a las afueras de la capital ucrania.
Ochenta años después, la memoria de Babi Yar se recupera lentamente con una serie de esculturas recién inauguradas que recuerdan a las víctimas, instaladas en lo que ahora es un parque, creadas entre otros artistas por la serbia Marina Abramović. Su obra A wall of tears es un muro de 40 metros de largo, realizado con carbón ucraniano que incluye al nivel de la cabeza, el corazón y el estómago cristales de cuarzo, destinados a reflejar la diversidad de víctimas en Babi Yar. La instalación está situada cerca de la sinagoga simbólica de roble ucranio y parcialmente abierta, diseñada por Manuel Herz.
Durante la existencia de la URSS se ocultó deliberadamente que el objetivo de la masacre fueron judíos —en el primer monumento de 1977 ni siquiera se mencionaban–. “En muchos países hay fosas comunes, pero nadie quiere recordar a las víctimas”, ha declarado esta semana a The Economist el sacerdote francés Patrick Desbois, director de la ONG Yahad in Unum, quien considera que las nuevas esculturas representan un mensaje de las víctimas para los verdugos: “Siempre volvemos”.
Aún quedan por construir cuatro museos que abordan diferentes aspectos de la historia de Babi Yar como el Holocaust Memorial Center de querkraft...
El País: La matanza de Babi Yar, el momento en que el Holocausto avanzó hacia el exterminio total
The Economist: A bold, controversial memorial to a wartime massacre in Kyiv