(1903-1999)

Como colofón de una vida que ha corrido paralela al siglo XX, Charlotte Perriand ha dejado escritas sus memorias, un testimonio vívido de los acontecimientos más significativos de la primera modernidad. Su primer diseño, el bar ‘Sous le Toit’, presentado en el Salón de Otoño de París en 1927, atrajo la atención de Le Corbusier y le valió un puesto de trabajo en el estudio de la Rue de Sèvres. Allí desarrolló la paradigmática chaise longue de tubo de acero, que se convertiría en emblema de un estilo de vida cosmopolita y moderno. Diez años más tarde, Perriand se estableció por su cuenta y la guerra la sorprendió proyectando unos prototipos de viviendas prefabricadas con Jean Prouvé y Pierre Blanchon. Invitada por el Ministerio de Comercio japonés, viajó a este país en calidad de asesora de artesanía industrial, y fruto de esta visita fue una versión en bambú de la famosa tumbona. En la posguerra volvería a colaborar con Le Corbusier diseñando, entre otras cosas, el prototipo de cocina de la primera Unidad de Habitación, aunque realizó de forma independiente las oficinas de Air France en Londres y Tokio, o los apartamentos del complejo hotelero y deportivo de Arcs en Savoie.