A las 9:30 de la mañana del 18 de diciembre de 2002, la ciudad de Nueva York reconoció finalmente, por sí y para sí, la trascendental importancia de la arquitectura no como una profesión, no como un servicio público, ni siquiera como un arte, sino como un acto incomparable e irreprimible del espíritu humano. Ante cientos de invitados reunidos y millones de personas viendo la televisión o conectadas a Internet, siete equipos de arquitectos presentaron sus propuestas para la reconstrucción del solar del World Trade Center: el estudio de Daniel Libeskind; un cuarteto neoyorquino formado por Peter Eisenman, Charles Gwathmey, Steven Holl y Richard Meier; el colectivo United Architects; SOM; Peterson+Littenberg; el grupo THINK; y Norman Foster... [+]