Pieles estructurales

La fachada ligera, el caso Martifer

Cristina Pardal  Ignacio Paricio 
31/10/2011


Francisco Mangado, Centro de Nuevas Tecnologías, Santiago

Hasta el momento, en esta serie de seis artículos, se ha ejemplificado cómo la evolución en el desarrollo de la industria se produce de la mano de los arquitectos. Estos plantean nuevas necesidades, a las que los industriales dan respuesta asumiendo unos costes en I+D que no le son remunerados de forma directa. La empresa apuesta contando con un posible beneficio indirecto y a largo plazo.

En el ámbito de la estructura portante, el diseño del arquitecto necesita la intermediación creativa del estructurista. El arquitecto crea y plantea nuevos retos, pero entre su proyecto y la ejecución industrial existe el trabajo de una ingeniería que hace real la propuesta, calculándola y dándole verosimilitud técnica. En este caso, la innovación puntual que surge de la propuesta del arquitecto difícilmente acabará en la incorporación en el mercado de un nuevo producto comercial. No se creará una línea de desarrollo en la industria, pero sí es muy posible que esta nueva propuesta inspire a otros arquitectos, que la aplicarán en sus propios proyectos, conduciendo a soluciones innovadoras en el ámbito de la tipología estructural...

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