Filtros, de Le Corbusier a Glenn Murcutt

Ventanas fragmentadas

Cristina Pardal  Ignacio Paricio 
29/02/2012


Louis Kahn, Casa Esherick, Filadelfia, 1959-1961

Este artículo es el primero de una serie dedicada a las ventanas y sus filtros. En ella queremos constatar, e impulsar, la naciente atención a la riqueza y sensualidad de las relaciones entre el exterior y el interior. Nuestra tesis defiende que estos valores fueron una conquista de la tradición que llegó a su más completa expresión en la ventana burguesa de principios de siglo pasado, pero que fueron abandonados a partir de los años 1930, cuando el Movimiento Moderno impuso sus nuevos dogmas estéticos. Le Corbusier, en sus años puristas, sacrificó la riqueza funcional y formal de la ventana tradicional y la sustituyó por el esquemático e ineficaz pan de verre. Esta negación de la tradición, que el incipiente arquitecto llegó a hacer explícita, sólo se explica con el machadiano ‘desprecia cuanto ignora’. Años después, el mejor Le Corbusier tuvo que volver sobre sus pasos y basar la expresión y funcionamiento de muchas de sus fachadas en el famoso brisoleil. Pero el daño estaba hecho. Para la arquitectura contemporánea una ventana es un vidrio de gran tamaño con la menor carpintería posible. Sólo muy lentamente los arquitectos más atentos van recuperando esa riqueza de filtros de control que caracteriza al elemento funcional más importante de la arquitectura. En este primer articulo, llamaremos la atención sobre las virtudes de la ventana fragmentada.

Un hueco de cierto tamaño suele exigir unos filtros diferentes en sus diversas zonas. Es la altura, sobre todo, la que establece grandes diferencias en las exigencias de relación con el exterior. La parte superior de un hueco, por ejemplo, será la que lleve la luz más lejos cuando haya poca, pero también la que primero habrá que cerrar para evitar los deslumbramientos. La parte de abajo, sin embargo, puede ser la que permita ver la calle incluso sentado o acostado, pese a ser también la que exija mayor privacidad. Cuando quiera protegerme del sol, es probable que prefiera no tener que renunciar a la vista hacia el exterior por la parte central del hueco. Cuando haga mucho frío querré proteger algunos vidrios cerrando unas contraventanas, pero no los que están a la altura de mis ojos...


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