Libros 

Paisajes literarios

Thomas Hardy, Architect

Luis Fernández-Galiano 
30/06/2018


Escritor y arquitecto, Thomas Hardy (1840-1932) no disfruta de igual reconocimiento en ambos territorios creativos. Como escritor se le considera uno de los más grandes de la literatura inglesa, inmensamente popular además por las adaptaciones cinematográficas de muchas de sus novelas; como arquitecto, sin embargo, se le juzga poco significativo, habiendo trabajado casi siempre para otros, y estimándose mediocre su única obra relevante, la casa Max Gate que construyó como residencia propia cerca de Dorchester. Ahora, la crítica de arquitectura Kester Rattenbury se propone revisar esa reputación, y no tanto hallando valores ignorados en Max Gate cuanto presentando a Hardy como un arquitecto conceptual, cuya obra más importante sería Wessex, el territorio imaginario donde sitúa sus narraciones, en la línea del mítico Yoknapatawpha de William Faulkner (al que sin embargo la autora no menciona) o, ya entre nosotros, la Región de Juan Benet o la Mágina de Antonio Muñoz Molina.

Rattenbury relee las novelas de Hardy con protagonistas arquitectos o constructores —A Pair of Blue Eyes, Jude the Obscure— buscando referencias que soporten su tesis, pero al cabo debe conformarse con hallar «architectural ways of seeing», comentarios sobre la dignidad del trabajo artesanal en un mundo rural en trance de desaparición, o bien observaciones acerca de la intervención en edificios históricos (Hardy, que sigue las huellas de Pugin o Ruskin, escribió ‘Memories of Church Restoration’, un ensayo que avala su importancia en el campo de la protección patrimonial). Pese a reconocer que lo más arquitectónico de las novelas reside en las descripciones del paisaje, la autora no vacila en alinear para su argumento un ejército de nombre propios, desde Palladio hasta Le Corbusier, Venturi, Koolhaas o Tschumi, copiosamente citados como arquitectos conceptuales a los que Hardy debe añadirse, no sólo como «the greatest conservation thinker and campaigner of all time» sino como alguien que se halla «among the greatest of all conceptual architects».

Las exageradas reivindicaciones de Rattenbury debilitan su argumento principal, que haría de Hardy un pionero del paisajismo a través de la construcción literaria de Wessex. La primera mención de este territorio imaginado figura en Far from the Madding Crowd, pero el primer esfuerzo por cartografiarlo está en The Return of the Native con el mapa de Egdon, dibujado por Hardy para localizar los escenarios de la novela, publicada en 1878. Dos años antes apareció The Hunting of the Snark, el maravilloso ‘nonsense poem’ de Lewis Carroll, ilustrado por Henry Holiday y que incluye el famoso mapa vacío del océano, ¡que al no representar costa alguna puede usarse en cualquier lugar! Pero sin duda el autor de Alice in Wonderland y Through the Looking Glass fue también un extraordinario arquitecto conceptual.


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