Libros 

Niemeyer exclamativo

Claves de un reencuentro

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Niemeyer exclamativo

Claves de un reencuentro

Javier Rodríguez Marcos 
30/04/1999


Después de veinte años de redacción dispersa, Oscar Niemeyer ha dado a la imprenta un recuento vital igualmente disperso. «Releo este libro —escribe el arquitecto brasileño— y siento que en él aparecen dos personas distintas. Una vuelta hacia ... esa vida divertida que siempre me atrajo. Otra, pesimista frente a los hombres, rebelde ante este mundo injusto...»

Y la impresión que estos recuerdos dejan es que los dos Niemeyer están encantados de haberse conocido. De ahí tal vez el carácter exclamativo que tiñe la forma y el fondo del libro. A cada paso nos encontramos con fórmulas del tipo: «¡Ah, qué belleza!», «¡qué difícil es la tarea del arquitecto! », «¡cómo nos queremos y defendemos en nuestra familia!», «¡cómo guardamos las antiguas e invariables amistades!» Nada más que su pobreza estilística habría que reprochar a Niemeyer si al menos diese a conocer las razones de juicios tan encendidos. Pero no es así, y lo que en el autor provoca exclamación se vuelve decepción para el lector. Al final, As curvas do tempo termina por ser una relación de nombres propios: por un lado aquellos a los que Niemeyer dice deber los mejores episodios de su larga vida; y por otro los que, según nos cuenta él mismo, supieron entender su obra y admirar su persona.

Así, los mejores momentos de estas memorias transcurren cuando Niemeyer se olvida de la posteridad, de los agradecimientos, de su militancia comunista y de los bellos días en Copacabana, consiguiendo una mezcla que da al libro un tono, como dirían los franceses, gauche caviar. Cuando los recuerdos brotan como vienen, caprichosos, el arquitecto consigue contagiar, al fin, su nostalgia y arrancarnos una sonrisa, mientras desde la última vuelta del camino habla de la primera casa de su infancia, de su miedo a volar o de la aparición repentina de un mendigo en su estudio.

De hecho, en estas memorias se habla más de arquitectos que de arquitectura, aunque en ninguno de los dos casos destaca la profundidad de los argumentos más allá de la crítica tautológica al racionalismo fundamentalista. Al dar un último vistazo a su libro, el propio autor, retórico, comenta: «Me pregunto si cabe publicarlo. Una historia que apenas recuerda afecto y solidaridad, pero que sólo a mí puede interesar y conmover. » Al terminar el libro, el lector se hace la misma pregunta. 


Libros reseñados:

As curvas do tempo

Memorias

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