Más de veinte clases de ladrillos y tejas recuperados de demoliciones cercanas conforman los muros del Museo de la Historia en la ciudad china de Ningbo, situada al sur del país. Se trata de un modo tradicional de construcción que los arquitectos Wang Shu y Lu Wenyu, de Amateur Studio, han empleado inspirados en las prácticas locales y en los restos arqueológicos que se exponen en el museo. Junto a las piezas reutilizadas coexisten paños de hormigón in situ, para cuya realización se han utilizado encofrados a base de troncos de bambú, lo que les confiere una textura rugosa que contrasta poderosamente con la piel satinada y continua de perfiles de vidrio del patio interior. (véase AV Monografías 139).