Libros 

Mies monumental

Two Essential Works

Luis Fernández-Galiano 
31/08/2014


Testamento intelectual de un historiador prematuramente desaparecido, el Mies de Detlef Mertins es una colosal interpretación de la obra del maestro alemán, a través de una serie de proyectos canónicos que sirven para introducir diferentes temas y episodios mediante extensos ensayos muy generosamente ilustrados. Supervisado por varios colegas —Barry Bergdoll, Edward Dimendberg y Felicity D. Scott, además de su esposa Keller Easterling— tras la muerte del autor en 2011 a los 56 años, el monumental volumen no puede confundirse con un coffee table, porque aunque el gran formato permite reproducciones impecables y muy bellas de la obra exquisita de Mies van der Rohe, lo esencial del libro debe buscarse en sus textos, que relacionan la arquitectura de Mies con sus lecturas y el pensamiento de su tiempo.

Aunque Mies no escribió apenas, manejó una biblioteca significativa, y tras el libro esencial de Fritz Neumeyer (Mies van der Rohe, das kunstlose Wort, 1986) sabemos de la influencia de Romano Guardini o Rudolf Schwarz en su concepción del mundo; por su parte, la obra de Mertens pone énfasis en la importancia de sus lecturas biológicas —exploradas singularmente por Oliver Botar— desde Raoul Heinrich Francé y Hans Driesch hasta D’Arcy Thompson o William Morton Wheeler.

Detlef Mertins, que fue uno de los principales estudiosos de Mies —de hecho, es el único autor que contribuyó a los catálogos de las dos más importantes exposiciones recientes, Mies in America, 2000 y Mies in Berlin, 2001— presta también especial atención a sus colaboradores, y muy destacadamente a Lilly Reich, Ludwig Hilberseimer y Myron Goldsmith, y extiende su análisis a los vínculos de la obra miesiana con arquitectos como Cedric Price, Rem Koolhaas o Coop Himmelb(l)au, e incluso artistas como Íñigo Manglano-Ovalle. Hermético en ocasiones, como es quizá habitual en la academia americana, pero más frecuentemente luminoso, este libro enorme y elegante es un tributo póstumo a su autor y a su protagonista, y tiene garantizada ya la condición de clásico.

Clásica es también la biografía de Mies publicada en 1985 por Franz Schulze (editada en castellano por Hermann Blume en 1986, con traducción de Jorge Sainz), que aparece ahora en versión revisada y ampliada por un coautor, el arquitecto de Chicago Edward Windhorst. Sustancialmente reescrita para incorporar los datos aflorados en las tres últimas décadas —entre los cuales su propio hallazgo de las transcripciones del pleito entre Mies y Edith Farnsworth, 600 páginas que ofrecen perspectivas inéditas sobre las opiniones del arquitecto—, y significativamente ampliada para dar cuenta más detallada de la etapa americana —documentada a través de extensas conversaciones con su pareja de esos años, Lora Marx, además de un sinnúmero de empleados de la oficina, alumnos, colegas, amigos y adversarios— el libro sigue siendo la mejor biografía disponible del maestro de Aquisgrán.

Por desgracia, esta nueva edición pierde algo del equilibrio literario y la tensión narrativa de la obra original y, sin añadir demasiadas imágenes nuevas, reproduce las ya contenidas en la edición de 1985 con peor calidad y menos afortunadamente cortadas. Los que ya conozcan el libro de Schulze seguramente tendrán curiosidad por esta versión más extensa, pero desde luego no deberían desprenderse de la edición original.

Mertins inicia su libro con una cita de Robert Venturi: «De todo lo que he escrito y dicho... no hay nada de lo que me arrepienta, excepto quizá de ‘menos es más aburrido’... Desde nuestra posición actual, no dudo que Mies fue uno de los grandes maestros del siglo XX, y todos los arquitectos deberían besarle los pies por lo que consiguió y por todo lo que podemos aprender de él.» Unas palabras que hubieran sido también colofón apropiado para cualquiera de estas dos obras mayores. 


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