Metafísica del hormigón

Superficies y formas, más allá del encofrado

Andrea Deplazes 
31/10/2009


Las estructuras portantes construidas en hormigón armado caracterizan la imagen de la mayoría de nuestras ciudades. Se trata de un material que la industria de la construcción utiliza siempre que puede. En comparación con otros es relativamente barato, debido a que con él las obras avanzan rápido y (supuestamente) no requiere mano de obra muy cualificada. El hormigón armado se ha convertido en el material de construcción por excelencia del siglo XX, así como en el símbolo de la desenfrenada actividad constructora. Así, la expresión ‘hormigonar el entorno’ se usa para denunciar la destrucción de paisajes y hábitats naturales.

Sin embargo, parece que cuando queda menos a la vista —cuando se usa literalmente sólo como ‘medio de construcción’, es decir, con fines portantes o como cáscara estructural, porteriormente enfoscado o revestido— resulta más aceptable; que sea por resignación o por desinterés apenas importa, pues lo habitual es que no haya alternativas que puedan competir con él. Cuando se trata de un hormigón armado pensado para quedar visto, la historia cambia por completo. Con el fin de reconocer las características del hormigón visto es necesario que nos distanciemos del actual enfoque pragmático. La expresión ‘hormigón visto’ hace que nos pongamos alerta. Dado que no existe el hormigón invisible ¿qué significa que el hormigón quede a la vista? Y si el hormigón armado no se utiliza de forma visible sino como ‘medio de construcción’, ¿cómo influye esa decisión en la definición de la forma?... [+]


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