La apertura del Museo Picasso primero, y la llegada después de una parte de la colección Carmen Thyssen-Bornemisza, convirtieron a Málaga en una referencia artística regional. Ahora, es justo decir que lo es también nacional gracias al desembarco de dos colecciones procedentes de sendos museos europeos: el Centro Pompidou, francés, y el Museo Hermitage, ruso.
Ubicado en el llamado ‘Cubo’ de los Muelles 1 y 2 del puerto —una zona recuperada recientemente para la ciudad—, el Centro Pompidou Málaga constituye la segunda sede externa del museo parisino y la primera fuera de Francia. Albergará una no muy extensa pero selecta colección permanente, cuyo contenido ha sido seleccionado por la comisaria Brigitte Leal y que, planteada como una reflexión sobre el cuerpo humano, presentará obras de primer nivel, de artistas como Picasso, Max Ernst, Brancusi, Joan Miró, René Magritte, Francis Bacon o Christian Boltanski.
Por su parte, el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo desplazará a los 7.000 metros cuadrados del malagueño edificio de Tabacalera una colección que abarcará toda la historia artística de Rusia, desde piezas arqueológicas de la Antigüedad hasta las vanguardias históricas o creadores recientes, pasando, por supuesto, por una previsible y espléndida gavilla de iconos.
En ambos casos, las colecciones estables se complementarán con exposiciones temporales: el Pompidou presenta ya ‘Corps simples’, mientras que el Hermitage dedicará su primera al promotor artístico Diághilev.