Desde 1997, la revista Casabella edita anualmente un número especial fuera de colección llamado Almanacco, que está dedicado a recoger las mejores obras llevadas a cabo cada año por arquitectos jóvenes italianos. Marco Mulazzani dirige desde su comienzo esta iniciativa dirigida fundamentalmente a ofrecer un panorama de y para el mundo profesional italiano con el ánimo de señalar las obras jóvenes de más calidad. El volumen recoge las ocho ediciones editadas en 1312 páginas con doscientas veintitrés obras de ciento cincuenta y cinco estudios, conformando un variado crisol que no puede entenderse como una historia de la arquitectura contemporánea italiana por su carácter selectivo, pero que conforma la masa crítica suficiente para hacer comprender a propios y extraños el devenir presente y futuro de la práctica arquitectónica transalpina. Así, se puede concluir que la variedad de acercamientos (de la herencia rossiana a los escarceos high-tech, pasando por el genius loci mediterráneo o la precisión constructiva germanófila) es una las cualidades que aporta interés y frescor a este elenco, pero sin duda se echa en falta un empujón de calidad capaz de sacar a la arquitectura italiana del segundo plano en el que se encuentra desde hace años.