Finalmente se hizo justicia. Pese a la categórica afirmación de Manfredo Tafuri sobre la trascendencia innovadora de las visiones urbanas elaboradas por Le Corbusier en Buenos Aires, Montevideo, Sao Paulo y Río de Janeiro, ninguna de las publicaciones enciclopédicas al hilo de su centenario en 1987 trató en detalle la experiencia latinoamericana del maestro, ni su deuda espiritual con Lucio Costa y Óscar Niemeyer. Pero una exposición ha traído hasta Río 47 dibujos originales de esos proyectos urbanos y los gráficos de las conferencias de Río y Buenos Aires, algunos de los cuales nunca habían salido de la sede de su Fundación en París. Confiado en las posibilidades del Nuevo Mundo, en el destino milenario de la Atlántida ‘continental’, Le Corbusier diseñó el viaducto- habitación: una cinta continua de viviendas sobre pilotis coronada por una autopista e inspirada en el paisaje natural de Río de Janeiro, que no es un ‘tipo’ universal sino un modelo específico para una geografía concreta. El minucioso análisis de esta propuesta es uno de los tres leitmotiv de la exposición que se recogen en el catálogo; los otros dos son la evidencia del ‘antes’ y el ‘después’—la Ciudad de Tres Millones de Habitantes y el Plan Obús de Argel—, y la apasionada difusión de sus teorías a través de las conferencias.