Manuel Borja-Villel terminará en noviembre una reorganización de su colección permanente en forma de seis exposiciones/relatos.
La nueva presentación de la colección permanente del Museo Nacional Reina Sofía, el gran proyecto del centro en los últimos 10 años, y el gran legado de su director, Manuel Borja-Villel (que abandonará el cargo en 2023), ya está en las paredes de la planta cuarta del Edificio Sabatini, su sede original. Su responsable, lo presenta como "un episodio", el primero de seis que están concebidos "como una serie", como un relato con tendencia al ensayo en el que el arte de los siglos XX y XXI es el lenguaje. El marco cambia: los fondos del Reina ya no se mostrarán ante el público como una simple ilustración de la historia del arte contemporáneo. En adelante, el arte será el medio y no el fin. El fin será contar el mundo actual.
¿Y eso, qué aspecto tiene? El primer episodio del nuevo Reina Sofía se llama Nos ven: de la modernidad al desarrollismo, ocupa unos 2.000 metros cuadrados e incluye piezas de arquitectura, diseño y arte. El viaje empieza con los muebles de Charles y Ray Eames y termina en los esquizos de Luis Gordillo. Por en medio, hay obras de los expresionistas abstractos, de Bacon, de Richard Hamilton, de Dorothea Tanning, de El Paso... El conjunto trata de explicar el clima cultural de la posguerra en el mundo atlántico: la primacía estadounidense, la tensión con la utopía/distopía socialista, la reconstrucción de Europa y el papel de España en ese proceso. "Porque contamos esta historia desde aquí; este museo no está en Nueva York, ni en la Luna", explica Borja-Villel...