'Con él llegó el escándalo' es el expresivo título que utiliza otro ilustre provocador, Óscar Tusquets, para su introducción a la lujosa y carísima monografía que la editorial alemana Wasmuth ha realizado sobre la obra de Alfredo Arribas.

Arribas, como el propio Tusquets, el británico Nigel Coates, el francés Philippe Starck y tantos otros, se mueve con gran soltura en dos mundos entre los que no deberían existir fronteras, aunque las haya: la arquitectura y el diseño. Es el típico producto de una Barcelona típica, famosa por la calidad de la enseñanza que imparte su Escuela de Arquitectura y también por ser el caldo de cultivo de una importante generación de diseñadores cuyos productos fabrican empresas de todo el mundo.

El Network Café (1986-1987), que realizó junto a Eduard Samsó, le dio a conocer; el éxito fue tan clamoroso que los bares y tiendas se multiplicaron, y Arribas ha estado algunos años dedicado casi en exclusiva a proyectar y realizar espectaculares escenografías. En Barcelona, la arquitectura para noctámbulos y consumidores de diseño lleva su sello inconfundible, y muchas de sus obras forman parte de los recorridos que ofrecen las guías de la capital catalana. Después ha venido la proyección internacional, sobre todo en Japón, donde lo último que ha construido es un edificio multiuso destinado a oficinas y a sede de un museo de arte español contemporáneo en Marugame. Con esta torre y con un proyecto de parque de atracciones en la ciudad italiana de Rímini se cierra el libro y se abre tal vez una nueva etapa en su trayectoria.