El Vittoriale degli Italiani, la exuberante mansión que habitó el escritor, aventurero y militar italiano, es un retrato de la complejidad cultural y los claroscuros que acompañaron el ascenso y la caída del fascismo.
El poeta estaba muerto cuando llegó el médico. Gabriele D’Annunzio se había desplomado sobre el escritorio donde esos días solía cenar, recluido en la antecámara de su dormitorio, para que las visitas no vieran cómo apenas podía masticar con las encías desnudas. Más allá de la pérdida de los dientes y de la decadencia física, los últimos años habían sido crueles con el viejo seductor, aquejado de varias enfermedades y con una adicción galopante a la cocaína. Cuando le encontró inconsciente su secretario, de hecho, se apresuró a vaciar las cajitas de oro con los restos de aquella sustancia que le había acompañado religiosamente desde que empezó a tomarla en sus aventuras militares con sus legionarios...
El País: La alucinante mansión que retrata las luces y sombras del poeta Gabriele D’Annunzio