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Aparece una carta escondida de John Sainsbury

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Aparece una carta escondida de John Sainsbury

30/08/2024


Hay edificios de arquitectura elocuente, pero en la ampliación de la National Gallery las paredes han hablado casi literalmente.

Situada a espaldas de Trafalgar Square, la conocida como ala Sainsbury por la generosa donación que hicieron los herederos del imperio de supermercados siempre ha estado rodeada de polémica. Primero cuando se falló el concurso en 1984, con un diseño de gusto high-tech que llevó al entonces príncipe Carlos a opinar que no era sino «forúnculo monstruoso en el rostro de un querido y elegante amigo». Luego cuando, desestimado el proyecto inicial por la presión pública, el edificio neoclásico de Robert Venturi y Denise Scott Brown desairó a los modernos más puristas al inaugurarse en 1991. Y hace apenas dos años con la remodelación de lo que ha acabado convirtiéndose en un icono de la posmodernidad, confiada a la alemana Annabelle Selldorf, que suprime el encanto de capiteles y molduras para dar un lustre más neutro, juzgado por algunos más propio de terminal aeroportuaria.

Su arquitectura, en definitiva, no ha dejado indiferente a nadie, lo que también viene a demostrar un insólito hallazgo ahora hecho público: una carta que ha aparecido entre los restos de unas columnas sin función estructural derruidas durante los trabajos en marcha. Su firmante es el propio barón Sainsbury, quien financiara la ampliación y al parecer disconforme con estos elementos del proyecto:

«Si han encontrado esta nota ―reza la misiva con membrete de la cadena de alimentación, fechada en julio de 1990 y escrita en contundentes mayúsculas―, deben de estar en proceso de demoler una de las falsas columnas que se colocaron en el vestíbulo del ala Sainsbury de la National Gallery. Creo que estas columnas son un error del arquitecto y nos arrepentiremos al aceptar este detalle de su propuesta. Que quede constancia de que uno de los donantes de este edificio está absolutamente encantado de que su generación haya decidido prescindir de estas columnas innecesarias».

Fallecido hace dos años, John Sainsbury regresa momentáneamente de ultratumba para engrosar la agitada leyenda de un edificio que nadie imaginó que daría tanto que hablar, a la vista de los serenos cuadros renacentistas para los que se concibió.

The Art Newspaper: Sainsbury Wing contractors find 1990 letter from donor anticipating their demolition of false columns

The Economist: John Sainsbury, a donor to the National Gallery, had the last laugh


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