La invención concreta da cuenta de la exposición homónima que hasta el 16 de septiembre acoge el MNCARS. Se trata de la primera gran exhibición europea de la Colección Patricia de Phelps de Cisneros. Comisariada por Manuel Borja-Villel y Gabriel Pérez- Barreiro, presenta doscientas obras vinculadas a la abstracción latinoamericana a partir de los años 1930.
El recorrido del libro, como el de la exposición, no es lineal: en él se mezclan lugares y tiempos, estructurados en cinco nodos temáticos: ‘geometría’, ‘ilusión’, ‘diálogo’, ‘universalismo’ y ‘vibración’. Entre las piezas, destacan las esculturas de ‘geometría animal’ de la brasileña Lygia Clark, las pinturas de símbolos arcanos del uruguayo Joaquín Torres García o las construcciones livianas del venezolano Gego, quien, ‘dibujando’ en el aire con hilo y cobre, logra crear espacialidades sutiles de un sentido casi arquitectónico. Llama especialmente la atención la obra Hilo, del brasileño Cildo Meireles. Su cubo de paja hace de la geometría una presencia orgánica, invadiendo el museo con olores de campo. El título hace referencia a un hilo de oro de la misma anchura que las briznas vegetales, que recorre la escultura culminando con una aguja de oro macizo. Se trata de una trasposición literal del dicho popular y expresa la dificultad de tener que ‘encontrar una aguja en un pajar’. En toda su belleza, el elemento natural y precario resulta indistinguible del metal precioso.
Uno de los aspectos más interesantes de la exposición es que se enmarca en el proyecto más amplio de trazar una historia del arte alternativa. A través de sus discursos museísticos y sus programas, el MNCARS está tratando de articular la narración de una modernidad periférica, más allá de los centros de Europa y EE UU. Esta genealogía otorga un papel fundamental a América Latina: Borja-Villel habla de crear una «red de museos del sur». Queda por ver cómo se puede articular este relato en los tiempos de las políticas de austeridad.