Fallecido el 13 de junio en Madrid, Javier Carvajal Ferrer nació en Barcelona el mismo año, 1926, en que murió Antonio Gaudí. Estudia arquitectura durante los plúmbeos años del primer franquismo, y ya entonces forja su pertinaz compromiso con la modernidad, expresado en su primera obra importante: la Escuela de Altos Estudios Mercantiles en Barcelona (1955). Precoz y dotado de un extraordinario talento formal, Carvajal construirá después el pabellón para la Feria Internacional de Nueva York (1963), donde desarrolla su lenguaje característico —basado en la continuidad espacial, la síntesis de lo moderno con lo mediterráneo, y el uso brutalista de los materiales—, y que le vale el reconocimiento internacional, algo inédito en la aislada España de la época.
Su periodo de mayor éxito profesional, la décadas de 1960 y 1970 —en las que construyó sus magníficas casas, algunos excelentes edificios para oficinas y obras polémicas como la Torre de Valencia—, coincidió con su dedicación a la enseñanza en Madrid —de cuya Escuela fue catedrático— así como en Barcelona y Las Palmas, y también con el mantenimiento de sus posturas conservadoras conforme se debilitaba el franquismo. Su afinidad con el Régimen le abocaría al ostracismo durante la democracia, aunque siguiera construyendo algunas obras de valor, como el hotel para la Expo’92 o la biblioteca de la Universidad de Navarra, institución a la que estuvo vinculado los últimos años de su carrera.