
© Anne Purkiss
Poco conocido hoy, Arnold William Brunner fue un arquitecto neoyorquino muy activo profesional y sobre todo institucionalmente entre la Gilded Age y los Roaring Twenties. Para honrarle, la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras creó en 1955 un premio con su nombre que desde entonces han recibido muchos grandes arquitectos pero hasta hace más bien poco apenas grandes arquitectas. Tras Elizabeth Diller, Phyllis Lambert, las Grafton, Marina Tabassum o Carme Pinós, el galardón lo ha recogido en esta última edición Farshid Moussavi, quien desde el comienzo de su andadura en solitario en 2011 ha desarrollado una activa carrera a ambos lados del Atlántico, y que gusta calificar de ‘micropolítica’: una arquitectura pensada como una suma de gestos, pequeños pero con gran trascendencia social...