El 5 de diciembre se presentó el proyecto para el nuevo estadio del Atlético de Madrid que, proyectado por los sevillanos Cruz y Ortiz, surgirá de la ampliación y mejora del actual estadio municipal de La Peineta.
Los principales requerimientos de la nueva infraestructura serán la ampliación de su capacidad hasta alcanzar los 75.000 espectadores, y su flexibilidad tipológica para transformarse en un estadio de atletismo con un aforo de 60.000 espectadores, en el caso de que Madrid resultase elegida para albergar unos juegos olímpicos.
La intervención sobre el estadio actual para adaptarlo a estadio de fútbol consistirá fundamentalmente en dos actuaciones: por un lado, la depresión del campo con respecto a la cota actual, de manera que se pueda acercar a los espectadores al terreno de juego sin perturbar las condiciones óptimas de visibilidad; por otro lado, la ocupación de las zonas vacías del estadio existente, mediante la construcción de tres nuevos graderíos sobre el cuenco totalmente ajardinado.
Una cubierta ligera de teflón protegerá a los espectadores, desplegándose sobre los graderíos como si de una visera o un gran manto se tratase, y dotando de unidad a toda la intervención. Esta cubierta estará formada por una estructura tensada configurada por dos zunchos separados 57 metros entre sí: un doble anillo de compresión exterior y un doble anillo de tracción, unidos por dos grupos de cables radiales. La malla así formada se cubrirá mediante membranas tensadas dispuestas sobre el cuadrilátero alabeado generado por un cable superior y otro inferior, y teñidas en su parte inferior de rojo, el color corporativo del Atlético de Madrid.