Teniendo en cuenta que la arquitectura de Jørn Utzon se basa en una aproximación fenomenológica y empírica que gravita esencialmente en torno a temas perceptivos tales como la luz, el movimiento, la topografía y el material, puede parecer ilógico hablar de proyectos que por diversas circunstancias no llegó a construir y no pueden ser visitados. Para comprender plenamente el sentido de su obra es preciso experimentarla con los sentidos: contemplar el espacio bañado por luz cenital en Bagsværd, acariciar la textura de la piedra caliza en Porto Petro, caminar por las colinas de Helsingør o percibir la escala de la bahía de Sídney en Bennelong Point. Sin embargo, algunos proyectos no realizados son también capaces de sorprender en su ausencia nuestra memoria e imaginación. Son textos, dibujos y maquetas de espacios que no es posible experimentar, pero sí interpretar. Revelan una búsqueda consciente de principios intemporales a los que Utzon referirá toda su obra, tal como expresó ya en este temprano texto publicado en 1948: «Las condiciones en el tiempo en que vivimos son completamente distintas a las de antaño, pero la esencia de la arquitectura, la semilla, es la misma». Esta sentencia remite a un tiempo primordial, el retorno a un origen común a toda la arquitectura que descubriría en sus viajes al norte de África, China, Japón y México. Como arquitecto y viajero exploró las construcciones propias de aquellas culturas remotas y reconoció en ellas arquetipos dotados de un fuerte potencial emotivo: la plataforma, la cueva, la cubierta o el recinto acabarían configurando su universo formal y desvelan inesperadas conexiones entre el espacio arquitectónico y su memoria material. Tal vez fuera éste uno de los motivos por los que Utzon expresara a menudo sus ideas por medio de las manos: cortando la piel de una naranja, doblando un cartón, vertiendo sal sobre un fondo negro o combinando pequeños módulos de madera. En estas sencillas operaciones residiría el soporte conceptual de la obra. Basta recordar cómo algunos de sus proyectos más significativos reflejan esa conciencia: la plataforma tallada de Sídney, la bóveda suspendida de Bagsværd, las casas-recinto Kingo... [+]