La hibridación y el apilamiento han sido dos estrategias frecuentadas por Koolhaas desde el comienzo de su carrera, y son también las que sostienen conceptualmente su recién inaugurado Edificio Blox, el nuevo centro de arquitectura de Copenhague. La hibridación porque el complejo contiene vivienda, comercio, oficinas, talleres de restauración y un museo, además de la nueva sede del DAC (Centro Danés de Arquitectura). Y el apilamiento porque este programa variado vertebra la sección del edificio mediante la superposición de prismas rectangulares que albergan los distintos usos al tiempo que facilitan la interacción entre las partes del conjunto. El apilamiento tiene, además, otra ventaja compositiva: generar una volumetría fragmentada que impida que el edificio, rodeado por monumentos como el Palacio de Christianborg, se imponga a su entorno; todo ello sin renunciar a la apertura hacia el paisaje marítimo de la capital danesa.
La relación con el entorno también tiene una clave urbanística: posado a uno y otro lado de una calle bastante transitada, el edificio fomenta la creación de nuevas conexiones entre las dos aceras estableciendo pasos elevados y subterráneos para los peatones; unos peatones cuyo movimiento —muy a la manera de Koolhaas— se acaba entremezclando con el de los propios usuarios del edificio.