El carácter ilusorio y un tanto agrícola de la iglesia de Bagsværd —proyectada no mucho después de que Jørn Utzon volviera a Dinamarca desde Australia— parece confirmar la idea de que, en una época secular, lo espiritual en la arquitectura puede evocarse mejor mediante el recuerdo del pasado agrario que mediante la interpretación abstracta de las formas religiosas tradicionales. El hecho de que el edificio esté compuesto por elementos prefabricados de hormigón y dotado de un amplio espacio interior hace que Bagsværd tenga la dignidad monumental de un gran silo. Además, las bóvedas de hormigón armado hechas in situ, que salvan una luz de 17 metros, no sólo muestran el poder de la ingeniería moderna, sino que sugieren una doble alusión formal: por un lado, a las altísimas estructuras de la tradición gótica; por el otro, a la pagoda asiática, un modelo que aparece repetidamente en la carrera de Utzon. Se trata de un motivo presente ya en el conjunto residencial en la montaña diseñado para Elviria (España), en 1960; un proyecto que, desde el punto de vista constructivo, consiste en una secuencia de bóvedas de cascarón suspendidas de un modo milagroso sobre un terraplén o montículo, como si fueran una serie de podios erigidos sobre la cima de una formación rocosa. Tomada de Semper, la dialéctica techo / plataforma será característica de todos los proyectos de Utzon, sobre todo de la Ópera de Sídney, donde los gigantescos cascarones, casi irresolubles desde el punto de vista constructivo, fueron ensamblados pieza a pieza sobre un podio artificial de proporciones geológicas. La dialéctica techo / plataforma también está presente en la iglesia de Bagsværd, tanto en la cubierta como en el basamento, cuyo carácter de plataforma se evidencia en el hecho de estar recubierto con paneles modulares de hormigón prefabricado cuya cualidad tectónica es exactamente la misma que la de los elementos prefabricados con que está construido el altar dispuesto en el corazón simbólico de la nave del templo... [+]