El Parador Ariston agoniza en los acantilados de Mar del Plata
Marcel Breuer diseñó el edificio por encargo de la facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de Buenos Aires, Argentina, en 1947. Junto a los acantilados de Mar del Plata, en la costa más turística del Atlántico argentino hay un edificio en ruinas. Está destartalado y, entre suciedad, abandono y pintadas mal hechas, se adivina un nombre: “Parrilla Perico”. No es una parrilla, no es un restaurante y, en realidad, ahora casi no es nada, pero en su momento fue un trébol de hormigón y fachadas de vidrio sinuoso y cócteles de lujo a la orilla del mar. Una obra maestra con mayúsculas de la arquitectura moderna que se construyó en ese costado del segundo mundo, como decía el gran Quino en la boca de sus personajes. Un edificio hijo de un arquitecto húngaro que huyó de los nazis y de un estudiante argentino que estaba tan enamorado de la obra de su maestro como de su mujer...