Antonio Bonet Castellana, 1913-1989
Complejidad y contradicción
A través de la memoria y el recuerdo algunos arquitectos han transportado en sus maletas sus propios mitos, dejándolos posar sobre contextos diferentes; para otros, estos patrones se han transformado en permanencias; en ocasiones, la interferencia de estos con un lugar, o con un contexto social, cultural y económico, se ha concretado en proyectos que se han apropiado del lenguaje formal de su tiempo adaptándolo a sus inquietudes personales.
Probablemente esta reflexión podría ser aplicada a la obra de Antonio Bonet Castellana (Barcelona, 1913-1989). En 1932, Bonet, sin haber acabado sus estudios, ingresó en el despacho de José Luis Sert y Josep Torres Clavé, convirtiéndose en su colaborador de confianza. Aquellos años resultaron decisivos. Aprendió que era posible realizar una modernidad alternativa, de origen mediterráneo, en la que los opuestos fuesen capaces de reconciliarse. Conforme a este pensamiento, y bajo su plumín, ayudó a rotular, entre otros, el proyecto para la Escuela elemental de Palau-Solitar (1933) y el Pabellón Escolar de Arenys de Mar (1935)...