El mito vertical

Altura y vanidad en el mercado global

Alejandro Bernabeu  Jorge Bernabeu 
31/10/2016


El mundo sigue construyendo alto. Sobresalir ha sido siempre el sentido del rascacielos, por eso su dimensión decisiva es la altura. Programa, estructura, organización o comunicaciones quedan fuertemente condicionados por la dimensión vertical. La relevancia de la altura queda patente en la clasificación del CTBUH (Council on Tall Buildings and Urban Habitat), una organización internacional fundada en 1969 y con sede en el Instituto de Tecnología de Illinois en Chicago, que establece los criterios para medir las alturas de los rascacielos. Se distingue la altura total, que puede incluir antenas o mástiles de bandera, de la altura del edificio hasta la última planta ocupada, o de la altura a la cima arquitectónica del edificio, que incluye la aguja o coronación del edificio pero no antenas o mástiles, y que es la considerada habitualmente para clasificar los rascacielos. A partir de este sistema de medición, se clasifican los edificios en altos (tall), súper-altos (super-tall) —de más de 300 metros de altura— y mega-altos (mega-tall), de más de 600 metros de altura. En la actualidad, en el mundo hay tres megaaltos y más de cien superaltos. En proyecto o construcción, otros cinco superan la barrera de los 600 metros, de los que dos apuntan a superar los 1000 metros de altura...
[+]


Etiquetas incluidas: