Situada en Guadalajara (México), la torre forma parte de un desarrollo urbanístico reciente, y está acompañada por otros edificios de similar altura. Para destacarse de ellos, la torre adopta una forma inclinada muy expresiva, casi escultórica. Sin embargo, esta forma, lejos de ser independiente de la solución estructural, se deriva de ella: partiendo de un paralelepípedo base, dos grandes pantallas de hormigón armado, conectadas a un poderoso núcleo central de instalaciones, se inclinan formando un ángulo agudo con la vertical, de manera que la planta del edificio queda dividida en dos triángulos irregulares, sin servidumbres estructurales, y susceptibles así de organizarse de una manera flexible. La coronación del edificio también se inclina, para formar un remate de ecos cristalinos y expresionistas. Por su parte, el encuentro con el suelo no resulta menos singular: una gran jácena inclinada apea los pilares de la fachada en la planta baja, liberando de este modo los accesos al edificio... 
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