Eduardo Souto de Moura ha recibido el León de Oro de la Biennale a la mejor participación por el emparejamiento de dos grandes fotos aéreas que dan cuenta del impacto, casi invisible, del trabajo del arquitecto en un cortijo situado en el Alentejo portugués, habitado por ocho generaciones de la misma familia, y ahora transformado en el Hotel São Lourenço do Barrocal.