Doctor Le Corbusier y mister Jeanneret

Francisco Calvo Serraller 
01/01/1987


La crítica y la historiografía al uso proporcionan una visión escindida de Le Corbusier: el arquitecto, por un lado, y por el otro, un artista plástico más o menos acomodado a la sombra del primero. Según Calvo Serraller, esta ruptura entre sus distintas actividades responde únicamente a la incomprensión del significado de las vanguardias de nuestro siglo. El concepto de «extraterritorialidad» resulta particularmente oportuno a la hora de recomponer la vocación sintética del arte moderno.

«On ne me connait que comme architecte, on ne veut pas me reconnoitre comme peintre, et cependant c'est par le canal de ma peinture que je suis arrivé à Varchitecture.»  (Le Corbusier)

¿Le Corbusier como pintor? Si no «reconocida», cuando menos nadie podrá ignorar la dedicación constante del célebre arquitecto suizo a la actividad artística. Digo arte, y no simplemente pintura, porque Le Corbusier realizó además una obra abundante en muy diferentes géneros, como el grabado, el dibujo, la escultura, la fabricación de objetos, los murales, etc., los cuales cito aquí como prácticas llevadas a cabo sin interferencias con lo que se podría considerar su trabajo específicamente arquitectónico. De manera que, ni limitada a un género, ni ocasional, la relación de Le Corbusier con las artes plásticas constituye una parte fundamental de su pensamiento y de su producción...[+]


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