1934-2021
El 21 de diciembre falleció el arquitecto cacereño Dionisio Hernández Gil, uno de los grandes impulsores de la conservación del patrimonio en España. Nacido en 1934 en el seno de una familia de juristas, Hernández Gil rompió la tradición familiar matriculándose en la Escuela de Arquirectura de Madrid, y al finalizar sus estudios fue pensionado en la Academia de España en Roma. A su vuelta a España rehabilitó el convento de San Benito en Alcántara, una experiencia que le hizo consciente de la dificultad del oficio del arquitecto, sobre todo cuando lo que toca es establecer un diálogo sutil con la historia. Esta conciencia del pasado le llevó a dedicar su carrera a la conservación de monumentos, poniéndose al servicio de las instituciones, primero como inspector de Bellas Artes y después como Director General de Bellas Artes y primer Director del Instituto de Restauración y Conservación del Patrimonio Cultural. Desde estos cargos, Hernández Gil consiguió formar a toda una generación de especialistas, propició encargos como el Museo Romano de Mérida y acometió intervenciones como la restauración de la Catedral de Coria o la restitución de las cubiertas de plomo de Juan de Villanueva en el Museo del Prado.