Rem Koolhaas se ha convertido en un Savonarola vestido de Prada. Su último libro es una lacerante combinación de desprecio hacia sus contemporáneos y aversión hacia sí mismo como arquitecto. Sobre el minimalismo declara: «un delito con pretensiones de superioridad moral, que no significa belleza, sino culpa». Describe el contextualismo como la producción de «un vacío risible», y considera que los conservacionistas «envuelven la sustancia a conservar en un denso embalaje de especulación y gastronomía, como si fuera un esquiador reacio que acaba lanzado pista abajo por los guardaespaldas a su cargo»...
[+]