
© Mick Hayles
Anthony Caro hace una descripción que suena caprichosa para las dos grandes construcciones al aire libre que ha levantado en los terrenos de su refugio permanente de verano en el interior del estado de Nueva York; él las llama «esculpitecturas». Pero la obra en sí misma es cualquier cosa menos un capricho, y representa una seria investigación sobre ese triángulo de las Bermudas que separa la escultura de la arquitectura.
Considerando el origen de la escultura como un accesorio decorativo de la arquitectura, no es de extrañar que la mayoría de los intentos para integrar ambas hayan procedido del campo arquitectónico. Es un territorio explorado por Elizabeth Diller y Riccardo Scofidio con lo que podría llamarse perfo rmance architecture, e igualmente por John Hejduk y Bemard Tschumi. El Movimiento Moderno suprimió el papel de la escultura arquitectónica cuando la propia arquitectura se convirtió en escultura, si bien de tipo minimalista. Como consecuencia de este repentino destierro, la escultura ha tenido que reinventarse tanto la técnica como el contendo...