Un problema importante en la vivienda de bajo coste en medio rural es su integración en el lugar, y aquí el sistema constructivo juega un papel determinante. Con viviendas de escalas modestas, el sistema de muros portantes parece la opción más razonable, pues es un modo de construir eficaz y afín a la mano de obra local, al formar parte de la tradición constructiva vernácula. La idea de este proyecto fue desarrollar un sistema de muros de carga lo más racionalizado posible.

Con muros cada tres metros un programa de vivienda social funciona sin problemas y es muy simple, pues permite reducir el tamaño de los forjados y los elementos de cerramiento. Toda la construcción es, así, estructura.

En el caso de las 15 viviendas de protección pública construidas por Ramón Araujo en Villarrubio (Cuenca), los muros son de bloque de hormigón, tienen unas dimensiones de 40 x 20 centímetros y presentan un acabado de china de mármol, blanco, de manera que, recibidos con mortero bastardo, estos bloques pueden quedar vistos. Los forjados son placas de hormigón pretensado de 15 centímetros de espesor y 120 centímetros de ancho, de modo que cada placa corresponde a tres bloques y su canto, con el recrecido, a una hilada. De esta configuración resulta un sencillo sistema modular, en el que las aperturas en los muros pueden ser tan amplias como se quiera, y la distribución de las plantas muy flexible.

Esta sucesión de muros paralelos se estabiliza con los muros de fachada, que arrancan sobre el primer forjado, de modo que las casas quedan elevadas. Para salvar el desnivel del terreno, los muros se van escalonando, pero siempre siguiendo el módulo del bloque. Con el fin de mantener la unidad del conjunto se recurre a un sistema de faldones que permite enlazar las cornisas. Esta estructura de cubierta —que queda vista al interior— consiste en un forjado ligero de pares metálicos con una chapa superior que nace de un perfil metálico de coronación de toda la fábrica.

Tipológicamente, las viviendas son casas patio, una solución que permite recurrir a sistemas básicos, pero muy eficaces, de control ambiental, inspirados en la construcción tradicional: múltiples orientaciones, ventilación cruzada y construcción masiva.