La cueva. La planta sótano de la Fundació Tàpies de Barcelona se ha convertido en la guarida de una antiheroína, en contraposición a esos espacios luminosos de los héroes inquebrantables, como Tàpies. Chiharu Shiota, japonesa de 52 años, encaja incómodamente en un orden existente. Arriba permanece el pintor y escultor catalán, que este año será evocado una y otra vez para rendirle homenaje. En el subterráneo, la artista japonesa ha construido una gruta con el procaz efecto poético de las hilaturas. Funcionan, sin embargo, como haces de luz que custodian hermosos fragmentos del cuerpo: cabezas de cristal ceñidas a otros órganos con alambre de colores; brazos que quizás fueron alas arrastradas por la gravedad de una caída —¿volaron demasiado cerca del sol?— y unos pies que soportan una matriz hecha con cuero encarnado, donde casi se siente el peso vivo de una criatura...
El País: Chiharu Shiota, la épica de las hilaturas