En una gran parcela que, debido a su difícil topografía, quedó excluida del crecimiento urbanístico de Torrevieja, el equipo barcelonés de Carme Pinós ha llevado a cabo un proyecto de regeneración paisajística y medioambiental. Compuesto de diferentes capas, el nuevo parque se ha repoblado con pinos en las zonas de mayor pendiente, de tal modo que se conviertan con el tiempo en un bosque desde el cual será posible, gracias a senderos peatonales, descender a las partes más bajas del enclave. En este nivel, una serie de caminos sinuosos se entrelazan delimitando áreas que contienen parterres de diferentes plantas aromáticas, como tomillo, romero, azahar, albahaca o lavanda. En determinados lugares una estructura metálica soporta vegetación trepadora, generándose bajo ella una pequeña zona estancial.