El 19 de marzo falleció Carlos Mijares Bracho, uno de los más singulares arquitectos mexicanos. Nacido en la capital federal en 1930, Mijares fue catedrático de la UNAM, universidad donde se graduó en 1952 y a la que estuvo vinculado durante toda su carrera docente. Dotado con una aguda sensibilidad artística, Mijares comenzó su trayectoria en una época marcada por el organicismo y la atención a lo vernáculo, pero pronto adoptó un lenguaje que, influido por Louis Kahn, hundía sus raíces en la monumentalidad, los materiales y la geometría rigurosa de la arquitectura de la Antigüedad, que expresó en un puñado de obras extraordinarias como su Parroquia en Ciudad Hidalgo (1968-1983) y la Capilla del Panteón en Jungapeo (1982-1986).