Este libro desprende tanta nostalgia de otros tiempos de firmes creencias como la obra de un Hans Kollhoff convencido de que el futuro se proyecta desde el pasado. Amén de un texto de Fritz Neumeyer titulado ‘El retorno del humanismo a la arquitectura’ (con referencias a Vitruvio, Nietzsche o Kant, pero no a Kollhoff) y unas fotos en blanco y negro de Ivan Nemec cuya perfección (carente del ingrediente humano) resulta estremecedora, este berlinés bandera de la nueva simplicidad no ofrece explicaciones acerca de por qué ha decidido, por ejemplo, levantar en Frankfurt y frente al rascacielos vítreo de Foster para el Commerzbank una torre neoyorquina de ladrillo estilo años treinta.